¿Te gustaría descubrir cuáles son los mejores cuidados del olivo antes de la recolección? Preparar bien el olivar antes de la cosecha es la clave para obtener aceitunas sanas y un aceite de calidad inigualable.
Aunque sea tentador centrarse solo en el momento de la recogida, los verdaderos resultados comienzan mucho antes, cuando se presta atención a todos los detalles del cultivo de olivos previo a la campaña. En este artículo encontrarás explicado de forma clara y cercana todo lo que debes saber sobre los cuidados del olivo antes de la recolección, para que tu finca luzca y produzca al máximo año tras año.
Preparación del suelo y el entorno
Un buen olivar comienza en el suelo. Antes de la cosecha, revisa bien que la tierra esté limpia y cuidada, porque es ahí donde las raíces absorben todo lo que necesitan para dar frutos.
- Elimina malas hierbas manualmente o con desbrozadora, evitando productos químicos agresivos siempre que sea posible.
- Si el terreno está muy compacto o apelmazado, airea la superficie para facilitar la entrada de agua y oxígeno.
- Añade materia orgánica si la tierra está empobrecida: compost casero, estiércol bien descompuesto o enmiendas vegetales serán el mejor aliado para el olivo.
- Si hace tiempo que no haces un análisis de suelo, este es el momento ideal para descubrir si falta algún nutriente o ajustar el pH. Los olivos prefieren suelos entre pH 6 y 7.5 y con buen drenaje: evita charcos y encharcamientos que dañan las raíces.
Tener el suelo preparado no solo mejora la salud del árbol, también previene plagas y enfermedades y facilita todos los trabajos posteriores.

Poda ligera y equilibrada
Aunque la poda más intensa se hace durante invierno, en la recta final antes de recolectar es útil realizar algunos retoques.
- Retira ramas secas o enfermas que pueden ser foco de plagas.
- Elimina ramas cruzadas o mal orientadas para que entre mejor la luz y el aire, ayudando a una maduración homogénea del fruto.
- Si la copa está muy tupida, limpia solo los rincones que puedan impedir la recolección o dificultar la ventilación.
Este trabajo de poda ligera facilita la recogida y ayuda a que los frutos sean más uniformes y sanos, evitando sorpresas durante la campaña.
El riego, clave en la última etapa
Por mucho que el olivo sea famoso por resistir la sequía, en las semanas previas a la cosecha agradecerá riegos bien ajustados.
- En años secos, procura un riego profundo pero espaciado, evitando mojar superficialmente el terreno.
- Comprueba la humedad del suelo antes de regar para no saturarlo ni provocar pudriciones.
- Si has instalado riego por goteo, ajusta las horas y el flujo según la previsión de lluvias y la evolución del fruto.
El exceso de agua no solo perjudica el olivo, también puede restar sabor y textura a las aceitunas. Busca el equilibrio y la regularidad en esta etapa.
Fertilización y nutrición personalizada
No todos los olivares necesitan la misma cantidad de nutrientes, así que observa cómo está tu árbol antes de decidir.
- Si ves hojas amarillentas, frutos pequeños o ramas débiles, es buen momento para aplicar un abono equilibrado rico en potasio, fósforo y micronutrientes.
- Apóyate en compost, estiércol o enmiendas orgánicas de liberación lenta para mejorar estructura y fertilidad sin correr el riesgo de sobre-fertilizar.
- Realiza el aporte de nutrientes varias semanas antes de la recolección para que el árbol pueda asimilarlos con tiempo.
La fertilización correcta mejora el rendimiento y la calidad del fruto, pero recuerda siempre que menos es más, no se trata de abonar por abonar, sino de dar al olivo justo lo que necesita.

Vigilancia constante frente a plagas y enfermedades
Esta fase es crítica, puesto que daños graves en los frutos o las hojas pueden reducir la calidad y cantidad de tu aceite.
- Revisa el estado de hojas, frutos y ramas cada semana; busca síntomas de mosca del olivo, repilo, cochinilla o cualquier anomalía.
- Utiliza trampas o monitoreo biológico para seguir la evolución de las plagas y poder actuar a tiempo.
- Aplica tratamientos fitosanitarios solo cuando sea necesario y siempre respetando los plazos de seguridad y las recomendaciones técnicas del fabricante.
- Nunca mezcles frutos afectados con los sanos durante la cosecha para evitar que se altere la calidad del aceite.
De la vigilancia depende que el olivo llegue fuerte al final y que el esfuerzo de todo el año no se vea truncado por problemas que podían haberse evitado.

Control de malezas y mantenimiento del entorno
El olivo compite por agua y nutrientes con cualquier hierba alrededor. Un mantenimiento regular ayuda a que el árbol aproveche mejor los recursos.
- Mantén despejada la base del tronco.
- Si lo prefieres, puedes colocar una capa de mulch para retener humedad y dificultar la aparición de malas hierbas.
Este pequeño gesto facilita el acceso a agua y nutrientes para el olivo y mejora la eficiencia de cualquier tratamiento que hagas.
Limpieza y repaso de maquinaria y herramientas
Dedica tiempo a revisar todo lo que vas a utilizar en la campaña de recolección.
- Limpia las herramientas (tijeras, sierras, vareadoras, mantos) y desinfecta si es posible.
- Comprueba el funcionamiento de sistemas de riego y acarreo para evitar contratiempos y retrasos.
- Planifica el día de la recolección, teniendo claro que el material esté listo y el grupo de trabajo informado.
Una campaña ordenada y eficiente suele dar mejores resultados y deja espacio para disfrutar del proceso.
El mejor momento para la recolección
Elegir el día y hora adecuados para cosechar es casi una ciencia:
- Observa el color del fruto, buscando el punto de envero (cuando la aceituna cambia de verde a violáceo).
- Recolecta antes de las primeras heladas para evitar riesgos de daño.
- Evita frutos caídos o sobremaduros; los mejores acaban de ser recogidos del árbol.
- Lleva las aceitunas a la almazara lo antes posible para conservar aromas y frescura. Recuerda que cada hora cuenta en la calidad final del aceite.
No hay una fecha fija universal, depende del clima, variedad y objetivo de producción, pero estar atento a la evolución de tus árboles es la clave.

Conclusión
El secreto para una campaña exitosa y un aceite de oliva de gran calidad está, precisamente, en los detalles y el cariño con que se cuida cada olivo en los meses previos a la recolección.
Desde preparar bien el suelo, vigilar las plagas y ajustar el riego, hasta podar, abonar y usar herramientas adecuadas, cada paso suma y se refleja en el fruto y en el sabor del aceite.
Dedica tiempo y atención a tu olivar antes de la cosecha y verás cómo la naturaleza responde con generosidad. En cada aceituna estará la recompensa de tu esfuerzo y tu pasión.